Por Daniel Lopez, Church Realty

Consideremos este caso: “Iglesia A” ha estado perdiendo miembros por algún tiempo, y esos miembros ya están entrando en edad avanzada. Las ofrendas han bajado y hay espacio que no se está utilizando. Al mismo tiempo, “Iglesia B” (generalmente compuesto de minorías étnicas) ha estado creciendo y el espacio que están alquilando ya no alcanza, lo cual amenaza el crecimiento. Las dos congregaciones pueden tornar sus problemas en una oportunidad sinergística de gran bendición mutua.

Considerando un arreglo de espacio y/o tiempo compartido

Las dos congregaciones tienen mucho que ganar de un uso compartido del local, con la “Iglesia B” pagando una mensualidad a la “Iglesia A” por el uso del local.

Ventajas para las congregaciones:

  • Provee el uso más eficiente del espacio como asunto de mayordomía.
  • Puede ayudar  con la situación financiera de la “Iglesia A” por los aportes financieros de “Iglesia B”.
  • Puede ayudar con la situación de crecimiento de la “Iglesia B” por el uso de un local más grande y más cómodo que antes.
  • Puede fomentar una relación ministerial de apoyo mutuo de gran bendición. La “Iglesia A” puede ser animada a ver a la “Iglesia B” como parte integral de su visión ministerial al ser expuesta a otra cultura y/ó lenguaje y/ó estilos que pueden enriquecer su experiencia. La “Iglesia B” puede beneficiarse de la mayor experiencia y recursos de la “Iglesia A” para poder madurar más eficazmente.
  • Provee un “laboratorio” de vida ministerial al tener que convivir con el otro grupo.

Sin embargo, deben tener en cuenta algunas potenciales desventajas:

  • Ambas partes deben estar dispuestas a ciertos ajustes: posible cambio de horarios ó dias de reunión, uso más limitado de algunos entornos, el compartir recursos críticos como cocina, baños, aparatos electrónicos, bautisterio, materiales de oficina y otros.
  • Pueden haber roces entre los miembros individuales de las dos congregaciones y/o expectativas no comprendidas de inmediato. El potencial de conflicto interpersonal es real y se debe navegar con cuidado.

Modelos de uso compartido

Vemos algunos modelos distintos de interacción entre “Iglesias A” e “Iglesias B”, a lo largo de dos dimensiones distintas: tiempo compartido y espacio compartido.

Espacio compartido sin tiempo compartido

En este modelo, las dos congregaciones usan distintos espacios, ya sea al mismo tiempo ó en tiempos distintos, sin interferirse mutuamente. Este es el caso de una “Iglesia A” que aparte del santuario, tiene un gran espacio educacional, muchas veces en otro edificio completamente, que permite la operación simultánea de dos (ó más) congregaciones. De esta manera, la “Iglesia B” puede usar tanto un lugar idóneo para la adoración (no el santuario principal), al mismo tiempo que también tener disponible un lugar de compañrismo, cocina, y aulas para las clases bíblicas. Este es el modelo que menos interacción requiere entre las dos congregaciones, con el menor potencial de conflictos pero sin una experiencia vivencial entre los dos grupos. Las dos congregaciones van a tender a tener vidas ministeriales separadas.

Espacio compartido con tiempo compartido

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